Mantillas para bodas


Las mantillas hechas a mano son el accesorio perfecto para su vestido de novia . Su velo de novia será un punto de atención en su ceremonia. Además del ramo de la novia, este accesorio puede ser el elemento más fotografiado de la boda. Nuestras mantillas de novia hechas a mano son asequibles y le permiten lucir con su propio toque personal. Estas mantillas están hechas con amor y a partir de todas las fibras naturales. El proceso de creación de cada una de ellas es único y puede llevar de uno a varios años. Todos los tejidos utilizados son de seda . La mantilla española es una de las prendas más tradicionales del imaginario español. Acompañada de una peineta, la prenda evolucionó del antiguo manto hasta convertirse en un elegante tocado de blonda, chantilly o tul para cubrir la cabeza de las mujeres. La mantilla va sujeta por un tipo especial de peineta grande y con dibujos calados, llamado “peina de mantilla”. Los colores más usuales son el color “carey” y el marfil, utilizándose un color u otro dependiendo de la ocasión. La mantilla es un accesorio indispensable para la Semana Santa, espectáculos de música flamenca, copla y ocasiones de gran importancia. La mantilla española es cada vez más usada por las novias como complemento para su vestido de boda en sustitución del clásico velo. Y es de uso solo y exclusivo en ciertas fiestas populares o en la iglesia o eventos y ceremonia tales como bodas o en la Semana Santa. «Se confecciona el tul y sobre él se borda, bordados que se caracterizan por ser hechos con hilo de seda y que resaltan sobre el tul. También son utilizadas como accesorio para engalanar un atuendo para un evento o una celebración especial o como complemento para novias, madrinas o invitadas de boda. Confeccionado en tul suave y de color apto para todos los tonos de vestido de novia.

Conocimiento y experiencia en bordados artesanales

Todo el proceso de elaboración

En los bastidores redondos se coloca sobre aro móvil, ajustándolos para que el tejido que bien tensado.

De una u otra forma , el modelo dibujado en papel se ubica ahora bajo el tejido, sujetándolo a este con alfileres. Cristina siempre toma la precaución de situar las cabezas de los alfileres por el reverso del tul, para evitar que el hilo se enganche en ellas en el momento de bordar. Así dispuesto, va perfilando con hilo el contorno de los distintos motivos para que le sirvan de guía.

Terminado el proceso, retira el papel y comienza a bordar.

El bordado lo va avanzando desde las orillas del motivo hacia el centro; introduce la aguja en el vano y, dejando libre el contiguo, lo saca por el siguiente, para después volver desde el centro a las orillas pasando el hilo por los vanos exentos. La aguja se mete en el tejido por la punta y la saca por el ojal, manteniendo siempre una mano sobre el bastidor y la otra bajo él.De esta forma va rellenando el interior de los distintos motivos que componen el diseño, llevando distintas direcciones y nutriendo mas unos que otros con idea de conseguir distintos matices de color.

Jugando con los bordados pueden disponerse detalles calados, ojetes o cordoncillos.

Concluida la obra, se procede a ribetear todo el contorno con un festón, a fin de reforzar la orilla.

Cristina Gutiérrez es hoy de las pocas artesanas capaz de acometer la técnica para restaurar tules deteriorados por el tiempo, técnica que aprendió desde niña de forma que consiste en reponer la trama dañada si es muy grande o deshacer la labor estropeada y rehacerla nuevamente.

Cristina Gutiérrez atiende así a todos los encargos que le demandan, tanto de nueva creación como de piezas a restaurar. Su especialidad indiscutible son las mantillas y velos, pero confecciona mantos, sayas, tocas y otras prendas para las imágenes religiosas de iglesias y hermandades, tanto de la misma Granada, como de toda Andalucía.